domingo, noviembre 11, 2012

Celestial bajada a los infiernos

   Creo que aún no he bajado de la nube en la que me subí el veintiséis de octubre en el concierto de Iván Ferreiro, en la sala Stereo de Alicante...Me resulta demasiado complicado valorar de manera demasiado objetiva sus conciertos, porque el señor Iván consigue transportarme a un mundo de emoción pura, de una sensibilidad llena de matices, llevarme a unos paisajes que pasan por el odio más encarnizado, amores complicados, desencanto...

   Como afirmó el mismo Iván, algunas de sus canciones podrían definirse como una bajada a los infiernos, aunque, como decía, yo le acompañaría con gusto en ése viaje. Porque es todo un maestro a la hora de hablar de sentimientos, de tristeza, melancolía y todo tipo de demonios interiores. Pero, paradójicamente, lo hace de una manera en la que convierte el dolor en un extraño placer, en una especie de catarsis.

   Haciendo un repaso por su carrera en solitario, con canciones del "Mentiroso mentiroso", el EP "Las siete y media", "Canciones para el tiempo y la distancia" y varias de Los Piratas, hubo lugar para el recuerdo de tiempos pasados y para las canciones más actuales, así como para guiños a otros grupos, como el fragmento de "Insurrección" de El Ultimo de la Fila, al final de la canción "Promesas que no valen nada" de Los Piratas o un fragmento de "Diecinueve" de Maga, al principio de una de sus canciones en solitario. Incluso cuando homenajea a otros grupos, acierta de pleno, tanto en su elección como en su interpretación.

   Mención aparte merece convertir un concierto acústico, que podría resultar algo monótono, en todo un espectáculo, a base de sensibilidad a flor de piel, intimismo y una gestualidad teatral. Y es que, como él mismo diría, verle en directo siempre es un puto placer.