jueves, septiembre 20, 2012

Grandes esperanzas

     Llevo una temporada larga en la que, si de por sí, como suelo decir, tengo experiencias en mi vida como para escribir un libro, últimamente empiezo a pensar que sería por tomos, comos los de la saga "Canción de hielo y fuego" de Juego de Tronos, por lo menos, y no sólo por la longitud de la historia en sí, sino por la cantidad de aventuras y sentimientos que conlleva...

     Yendo diretamente a uno de los "meollos" de la cuestión, he de decir que, sólo en el último año, aproximadamente, por no remontarme a más atrás,q ue bien podría, he vivido cosas de lo más diversas, que me han hecho replantearme mi esperanza en el género humano. No es nada nuevo en mí el afán de introspección ni el sentimiento de alienación frente a ciertas situaciones, pero lo de éstos últimos meses ya me supera,

     Como ya decía una buena amiga el mes pasado en su estado del Facebook, no sé si muchos y muchas personas están contribuyendo a construir una sociedad decadente, egoista y superficial o si ya llevamos mucho tiempo inmersos en ello pero yo no me había acabado de dar cuenta hasta ahora. Como, de hecho, también comenté en un post en Facebook, nunca creía en aquella afirmación de Thomas Hobbes de que "el hombre es un lobo para el hombre" ("Homo homini lupus"), de que vivimos en un mundo ultra-competitivo en el que todo es una lucha perpetua contra el prójimo con el único fin de sobrevivir. Nunca creí en la competitividad cuando se trata únicamente de conseguir nuestros propósitos a costa de perjudicar de alguna manera a otras personas.  Puestos a usar citas, éstos me recuerda a aquella cita de Cersei Lannister, en la serie de Juego de Tronos, nuevamente, que decía "en el juego de tronos o ganas o mueres". Teniendo en cuenta que dicha cita proviene del paradigma de mujer manipuladora, mezquina, fría y calculadora, que representa, a mi modo de ver, en un sólo personaje, varias características que representan lo más odioso del ser humano, creo que no hace falta que diga lo que me parece ir por la vida con ésa forma de pensar.

    Y, dicho sea de paso, aprovecho la ocasión, refiriéndome al personaje de Cersei, para puntualizar que nunca se puede generalizar, cuando nos referimos a personas, ni por cuestión de género, al igual que tampoco se debería con razas, religiones, nacionalidades, tendencia sexual, etc, porque sucede que cada persona es un mundo y no es nada recomendable basarse en prejuicios y apreciaciones superficiales. Comento ésto a colación de haber escuchado varios comentarios, por parte de amigos en los que, a causa de malas experiencias, se tiene a la mujer como más propensa a manipular y manejar las cosas a su favor, como decía antes. No puedo negar, porque, de hecho, conozco casos, que exista mujeres así, pero no lo considero, ni mucho menos, como un rasgo intrínseco, biológico, perteneciente a nuestra naturaleza. Entre otras cosas, porque no sé si conozco los mismos casos o más de personas que responden a éste perfil y son del sexo masculino, así que un poco de seriedad y dejémonos de prejuicios idiotas, por favor...

   Aquí dejo éstas reflexiones, esperando, de corazón, que den qué pensar a otros y que les sirvan para abrir la mente. Porque creo que una de las conclusiones a las que he podido llegar, en los últimos tiempos, entre otras cosas por relacionarme con todo tipo de personas, de todo género y condiciones diversas, es que lo importante es conocer a la persona en sí, independientemente de todo tipo de características personales. Porque mientras exista respeto mútuo y honestidad en una relación personal, el resto de cosas pasan a un plano secundario. Por ello me niego a contagiarme de actitudes pesimistas y catastrofistas y a pensar que, porque una persona me haya hecho daño, me lo tienen que hacer todas las demás de su género o con las mismas características y espero que muchos y muchas miren en su interior y se sumen a ésta forma de pensar. Es por ello que tengo grandes esperanzas, porque, sin la esperanza, ¿qué nos queda?

   

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